La creciente adopción de vehículos eléctricos exige cables avanzados de alto voltaje capaces de manejar altas corrientes, temperaturas y protección contra EMI, al tiempo que garantizan flexibilidad, durabilidad y seguridad. Estos cables deben cumplir con estrictos estándares automotrices, incluida la resistencia a altas temperaturas, una larga vida útil y marcas visuales distintas para seguridad.